Camila Reimers escritora canadiense nacida en Chile, es autora de tres novelas: Hijos de lava (2005), Tres lotos en un mar de fuego (2007) y De conventos, cárceles y castillos. Ha escrito numerosos cuentos en español e inglés, destacando las colecciones Cuentos de autoamor y de autopistas (2009) y Chakra Number Eight: Tales of Humour and Soul (2010) en inglés. Locutora de radio CHIN Ottawa 97.9 FM a cargo del programa infantil que en 2013 ganó el premio Canadian Ethnic Media Association al mejor programa radial étnico en Canadá. En 2014 uno de sus cuentos fue seleccionado para un proyecto auspiciado por la UNESCO entre los seis mejores cuentos infantiles recibidos a través de cuatro años para el concurso Rainbow Caterpillar Kid Lit Award.
Con esta novela comienza a perfilarse el estilo y las preferencias temáticas de Camila Reimers como novelista. Ya en su primera obra, Hijos de Lava, nos mostró su interés por ahondar en la búsqueda interna de nuestro verdadero ser. Para ello nos contó la vida de una persona paralizada por ataduras de las que quería liberarse, lo que implicaba enfrentar sus miedos, sus culpas, su silencio y su soledad. Esa mirada espiritual estaba apoyada en hechos de la vida real pero también en símbolos, además de estar rodeada de fenómenos imposibles y del empeño de presentarlo todo como una unidad.
En Tres Lotos en un mar de fuego el tema es diferente: la crudeza de una extrema violencia sufrida por tres mujeres, pese a lo cual resalta la espiritualidad a través de la comunicación entre ellas tres. Esto a pesar de que estas mujeres viven en lugares y épocas diferentes (otra vez lo imposible se convierte en realidad, como queriendo demostrar que sí es posible).
De conventos, cárceles y castillos presenta la biografía de una mujer que busca comprenderse a sí misma y que habla con Teresa de Ávila, una monja que vivió en España en el siglo XVI y a quien la autora admira. Se repite entonces la fascinación por la búsqueda interior del ser, la atracción por el diálogo entre mujeres que viven en lugares y épocas diferentes y el recurso de mezclar hechos reales con irreales, siempre en medio de una atmósfera espiritual.
El objetivo de esta obra, tal como lo menciona la autora en la introducción de su libro, es integrar a nuestra época las enseñanzas de Teresa de Ávila. Para ello recurrirá a su bagaje cultural ?un gran conocimiento sobre la vida y obra de la monja, su experiencia en la India y sus estudios y prácticas budistas? y a la utilización de metáforas y símbolos, muchas veces provenientes de la propia visión mística de la santa. Para quienes tienen una formación e información similar no debe ser difícil entender la relación que Camila Reimers forja entre la vida de Sonsoles y el saber de la monja. Para los demás puede resultar una historia un poco enrevesada, lo cual no es necesariamente algo negativo, significa simplemente que no es una novela de entretenimiento sino el tipo de novela que he dado en llamar inteligente, es decir, aquella que nos hace pensar, analizar y nos invita a estudiar.
Después de leer este libro investigué algo sobre la vida y pensamiento de Teresa de Ávila en un intento por comprender mejor lo que Camila nos había narrado en él, y me encontré con dos herramientas teóricas fundamentales para facilitar la comprensión de este trabajo. Una es la metáfora entre la oración y el riego de un huerto. Para Teresa se puede regar de cuatro maneras: acarreando agua, con una máquina hidraúlica (noria), con canales o con la lluvia. Análogamente, el esfuerzo que requiere la oración va de mucho a poco (o a nada). En el proceso de desarrollo de la capacidad de orar se comprometen el silencio, la concentración, la memoria, la imaginación y la razón, hasta que todo esfuerzo cede, y rezar se convierte en un gozo que nos llena de virtudes. La segunda herramienta es el libro El castillo interior donde Teresa habla de su percepción del mundo espiritual del ser humano, semejándolo a un castillo con siete moradas que se pueden ir conquistando progresivamente: 1) La primera morada es la etapa en que la persona decide entrar a su interior (abrir las puertas del castillo); 2) la resistencia a seguir ese camino; 3) la exploración; 4) el estado de calma y silencio; 5) el encuentro con Dios; 6) la entrega total y 7) la unión con Dios.
¿Y qué tiene esto que ver con el libro que aquí comentamos? Mucho. Camila Reimers titula Moradas a cada uno de los siete capítulos de su libro. La vida de Sonsoles pasa por cada una de esas moradas y, cuando menos lo esperamos, aparecen los sistemas de riego. Siendo la escritura de Camila enigmática, será muy lentamente que comprendamos qué viene de Teresa, qué de Sonsoles, qué le pertenece a la autora misma y cómo se relacionan todos esos contenidos. La autora no se esfuerza en complicarnos las cosas pero tampoco en simplificárnoslas, algo que experimentamos claramente desde las primeras páginas. Como Juan Goytisolo, tal vez, lo que ella quiera es invitarnos a ampliar horizontes y que después regresemos a releer su obra; aunque él deseaba que sus lectores dudáramos, mientras Camila parece invitarnos a reconocernos a nosotros mismos. Los dos útiles que aquí les he brindado les ayudarán a asimilar este libro. Recuerde deslindar esos conceptos de los demás componentes místicos de origen hindú y budista con los que se trata de explicar la vida de la protagonista. Sí, la autora recurre a variados elementos interpretativos. No es una biografía simple ni obvia.
La autora decidió experimentar con la puntuación eliminando todo guión largo que indique diálogo y mezclando en un párrafo no solo las voces de sus personajes sino la de su narradora. ¿Un acierto? No, no lo creo. Le pregunté a Camila si con esto buscaba mostrar su creatividad, darle fluidez a la lectura o sumarse a los escritores que intentan cambiar el estilo de redacción. Respondió que perseguía los dos últimos objetivos, además de enfrentarse a un desafío. Mi apreciación personal es que, ciertamente, a veces logra que la narración fluya, pero en muchas ocasiones produce el efecto contrario. Por otro lado, la evolución de la escritura se inició sin signos de puntuación y los fue creando después para organizar mejor el discurso.
Mis últimos comentarios serán para felicitar a la autora por renovar la presencia de una voz femenina en la literatura con lo que ello conlleva (mostrar la sexualidad de una mujer, sus percepciones acerca de las relaciones con hombres u otras mujeres, sus anhelos, sus necesidades), por ser capaz de sintetizar en los momentos más oportunos, por presentar en un solo libro narración, poesía, lenguaje antiguo y moderno, y por su capacidad de mezclar un lenguaje sencillo y natural en medio de su esmero por elevar las letras a un nivel culto y profundo.
Note, finalmente, que el título del libro es metafórico, refiriéndose a nuestra cotidianeidad (los conventos), a nuestras limitaciones para ser nosotros mismos (las cárceles) y a nuestra capacidad para descubrir nuestro verdadero ser (los castillos). Si es esto último es lo que busca en su vida actual, aquí tiene un libro que podría inspirarle.