Desde el momento que empecé a escribir he querido compartir historias del diario vivir que a través de una realidad cualquiera llevan a un despertar espiritual y a un descubrimiento de las potencialidades del ser humano. Mis personajes no son víctimas sino individuos que han elegido crecer y dejado atrás el narcisismo para así empezar el camino de un crecimiento y evolución consciente que va más allá de perpetuar nuestros traumas infantiles. Admiradora de Carl Jung y de la sicología positiva, mis cuentos y novelas tienen personajes que buscan enfrentarse a todos los aspectos de su personalidad.
“Tu visión devendrá más clara solamente cuando mires dentro de tu corazón. Aquel que mira afuera, sueña. Quién mira en su interior, despierta”. Carl G. Jung
Podría haber tomado otro rumbo y especializarme en libros de autoayuda pero nunca me he sentido inclinada a ello porque lo mío es contar cuentos. Además tengo alergia a los gurús, sectas y todo tipo de encasillamiento. Dar consejos me parece pedante. Sin embargo al trabajar en mi nuevo sitio web camilareimers.com, me di cuenta que debía explicar qué tipo de escritura produzco y me he encontrado con el término: “Visionary Fiction”, que se podría traducir como Narrativa/ Ficción Visionaria.
Mi primera reacción frente a este concepto fue el mismo tipo de alergia ya mencionado, pues esto de marcar géneros literarios implica empobrecer las historias que de por sí ya son integrales. Siempre ha existido la narrativa con elementos espirituales bajo diferentes nombres: religiosa, metafísica, nueva era, de autoayuda, pero el grupo (Visionary Fiction Alliance), define este género literario sobre la base de las ideas de Jung y eso fue suficiente para continuar la lectura, suscribirme a su sitio web y usar el término en el encabezamiento de mi sitio.
Lo más probable es que en el futuro descubra otro nombre que me defina mejor, hay siete millones de posibilidades o el equivalente a todos los seres vivos, entendiendo que cada ser es un mundo en sí mismo.